Pensaba escribir algo sobre Manuel, algo sobre el día que le conocí y su simpatía, y la cerveza que tomé y su pregunta “¿Escribes y no quieres escribir un libro?”, algo así. En aquellos días de la última primavera no quería escribir ningún libro, solo quería sobrevivir al mes de abril, que tiene vocación de turbulencia. Hoy vuelve a ser abril y ahora sí pienso en escribir un libro -aunque todo siga temblando-, y en el petirrojo de Manuel.
El petirrojo
El petirrojo se deja caer desde el alero
y un segundo antes de estrellarse
contra el suelo
recuerda que sabe volar
y alza el vuelo.
A lo mejor nos pasa así,
y así subimos al cielo.
Así, justo cuando olvidamos el miedo,
antes de volver a posarnos
en otro nombre
y creerlo nuestro.
Cómo escriben los que escriben: Manuel Astur
1. ¿Cuándo escribes?
La poesía por la mañana. La narrativa al atardecer.
2. ¿Cuánto tiempo le dedicas?
Rara vez escribo más de dos horas seguidas, pero las restantes veintidós las dedico íntegramente a pensar sobre qué y cómo escribir.
3. ¿Cómo? ¿Te pones música? ¿En silencio? ¿Puedes escribir en un bar?
La poesía me gusta escribirla al aire libre, en un jardín o en la terraza de un bar. Pero para la narrativa necesito soledad y silencio absoluto. Me encierro en mi celda de monje. Sin música. Probablemente, cuando escribo, es el único momento del día en que no escucho música.
4. ¿Dónde compras libros? ¿Una librería favorita?
Siempre en librerías físicas. Por razones de amistad, aquí en Madrid suelo ir a Cervantes & Cía. y en Asturias a Matadero Uno, en Oviedo, o a La Librería de Bolsillo, en Gijón. A no ser que estén descatalogados, en cuyo caso recurro a Iberlibro.
5. ¿Tienes una tipografía/fuente predilecta?
Escribo mucho a mano. En el ordenador suelo usar Garamond y Times, y no comprendo qué clase de enfermedad mental hay que tener para escribir en Arial o similares.
6. ¿Qué disparadores de escritura tienes? ¿Qué te pone a escribir?
Muchos, como los textos hermosos que han escrito otros, un buen poema o el canto de un mirlo. Pero todos podrían resumirse en el gozo de existir.
7. ¿Cuándo, dónde o cómo se te suelen ocurrir ideas?
A todas horas. Llevo siempre una libretita conmigo en la que apunto ideas que luego jamás releo, porque si son buenas acabarán en el papel de forma natural.
8. ¿Como quién te gustaría escribir?
Como J.D. Salinger, o como Truman Capote, o como Delibes, o como Hamsun, o como Natalia Ginzburg, o como Carson McCullers, o como Josep Pla, o como Malaparte, o como cualquiera de esos genios que han logrado escribir “de verdad”.
9. ¿Qué talento —cualquiera— te gustaría tener?
Sin duda el talento para la música.
10. ¿Un poema o canción que te haga llorar?
No soy muy de llorar, soy más de estremecerme y sonreír ante la maravilla. Cualquiera de los autores de antes tiene ese efecto sobre mí.
Desde hace un tiempo lloro cuando escucho a David Bowie, pero porque me recuerda a mi hermana Loreto, que lo amaba y ahora está con él en las estrellas.
11. ¿Qué haces cuando sientes que lo que escribes no tiene sentido o valor?
Quitarme importancia a mí mismo y seguir escribiendo.
12. ¿Cómo imaginas tu trabajo ideal?
El que tengo, pero no me importaría ganar un poco más.
13. ¿Qué te separa de ello?
Haber nacido en España, un país con un mercado editorial complicado y muy pequeño.
14. ¿Por cuánto dinero —mínimo— lo harías?
Ya lo hago, y lo hice por casi nada cuando empecé.
15. ¿Un/a periodista que leas con frecuencia? ¿Un/a escritor/a? ¿Una newsletter?
Leo varios periódicos todos los días, pero no sigo a ningún periodista en concreto. No me gusta mucho el columnismo. Creo que sufrimos un exceso de opiniones.
16. ¿A qué medios/creadores estás suscrito? ¿Cuáles pagas?
Pago esos periódicos que leo cada día. También pago Spotify y Filmin, porque al menos les llega algo de dinero a los músicos y artistas que me hacen feliz.
17. ¿Cuánto crees que habría que cobrar por un reportaje, una crónica, un artículo, una columna?
Creo que todos deberían estar muy bien pagados. Así, el periodista podría dedicar más tiempo a investigar y profundizar, y nosotros sabríamos que se nos ofrece un producto meditado y no dictado por las prisas y la inmediatez.
18. ¿Cuánto es lo menos que te han pagado por escribir algo? ¿Y lo más?
Lo menos ha sido no pagarme o pagarme con promoción (ese engaño que sigue colando). Lo más no te lo voy a decir (tampoco es mucho).
19. ¿Cuál sería el título de tu autobiografía?
Ya escribí el primer volumen, hace diez años, y se titula Seré un anciano hermoso en un gran país. Creo que sigue siendo un gran título.
20. Si tu escritura fuera un plato de comida, ¿qué sería?
No tengo ni idea. Pero me gustaría que fuera un buen plato de pasta italiana, o una docena de ostras frescas con una botella de vino blanco bien frío.
21. Si pudieras cenar con tres escritores/as (vivos o muertos), ¿a quiénes elegirías y por qué?
Estoy seguro de que todos los escritores que admiro son o eran unos disfrutones en la mesa y en todo lo bueno de la vida. Yannis Ritsos, Tonino Guerra, Lawrence Durrell, Capote, Malaparte, Marina Tsvietáieva, Ezra Pound, Zagajewski... se me ocurren montones, sería un banquete inmenso.
22. ¿Qué consejo te hubiera encantado recibir cuando empezaste a escribir?
El mejor consejo me los dio el maestro Enrique Vila-Matas cuando tenía yo veintitrés años y le escribí unos cuantos emails desesperados:
«Sin consejo, amigo: a la literatura hay que saltar sin red».
Bolas extra:
23. Estás en una habitación con 100 personas. ¿En qué crees que eres el mejor o el peor?
Es probable que sea el más observador. Es probable que sea uno de los más altos. Es probable que sea el menos hablador.
24. Tu cielo ideal (en el sentido de vida después de la vida). ¿Cómo te gustaría vivir tu eternidad?
Me encantaría que existiera la reencarnación y volver a encontrarme en otra vida con todas las personas que amé en esta. Y volver a hacerlo todo, bien y mal, de nuevo. Y volver a buscar la sabiduría, y jamás alcanzarla.
25. ¿Qué prefieres: pelear todos los días de tu vida contra una gallina o una sola vez —no sabes cuándo— contra un gorila?
Nunca peleo. Siempre he creído que no importa el tamaño del perro en la pelea sino el de la pelea en el perro.
26. ¿Si estás al borde de un barranco/balcón/precipicio, temes caerte o tirarte?
Ninguna. No tengo vértigo, ni hacia afuera ni hacia adentro.
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“No tengo vértigo, ni hacia afuera ni hacia adentro.” Me encantó