27/04/2023
Hace poco me navajearon un lunar de la cara. No fue una afrenta callejera, fue un movimiento poco calculado de la peluquera/barbera. Mientras me quitaba la sangre, me acordé de la paradoja del barco de Teseo y de que todas las células de nuestro cuerpo se regeneran cada siete años.
La paradoja del barco de Teseo cuenta que, tiempo ha, reemplazaron una pieza a un barco viejo: el mástil, digamos. Poco después tuvieron que sustituir el casco. Más tarde el ancla. Y así, en una sucesión de reparaciones, terminaron cambiando todas las piezas del barco. Entonces, paradoja a la vista, este dilema se pregunta: ¿es acaso este barco, que ha sustituido todas sus piezas, el mismo barco?
Con el tajo en mi lunar y mis glóbulos rojiblancos acudiendo en manada a detener el sangrado, pensé que esta podía ser la última pieza de mi barco. Según dicen, el cuerpo humano regenera todas sus células por completo cada siete años. Quizá en ese instante acabara de desprenderme de las últimas células del último lustro y medio y acabara de convertirme en un nuevo yo. ¿Sería yo, acaso, solo un amasijo de células? Con esto presente, cobra aún más sentido aquella frase, ya escrita en este diario, de José Emilio Pacheco: “De aquel niño que fui solo queda el nombre”. De aquel Juanjo que fui solo quedan algunas células, podré decir de ahora en adelante.
(No morimos de manera “natural”, el envenenamiento progresivo de las sustancias aparentemente más inocuas acaba por provocar fallos en nuestros órganos. “Si fuéramos capaces de tener una regeneración celular perfecta…”. Esta tésis la plantea uno de los amigos de John Oldman cuando este, profesor de universidad y protagonista de la película The Man From Earth, confiesa a sus amigos que es un hombre de las cavernas, que ha vivido 14.000 años, que no envejece y que por eso se muda cada diez años. Sus amigos, también profesores de universidad: antropólogo, biólogo, historiador… que habían ido hasta su casa para preguntarle por qué después de diez años en esta ciudad, con una carrera académica prestigiosa, una novia enamorada, un puñado de buenos amigos, lo dejaba todo de un día para otro y se iba sin un destino muy claro, reciben esta noticia e intentan averiguar si su amigo está loco o si dice la verdad. La película se desarrolla en una habitación, para qué más si hay buenas conversaciones. Es la única película que he visto dos veces seguidas. La vi una noche hace unos diez años, me dejó tan inquieto que a la mañana siguiente la volví a ver. Está en YouTube).
28/04/2023
Caminando por una calle de Ciudad de México o Buenos Aires o Madrid, pueden darte ganas de comer algo, justo en esa esquina en la que estás. Ahí mismo hay un bar, y entras y pides un mordisco de lo que sea. Cuando vas al baño, te equivocas de puerta y entras al que no es, y ahí hay una chica, y resulta que os enamoráis. Cómo se explica que tú estabas en esa ciudad por casualidad, porque a tu compañero de trabajo, el que tenía que venir a esta reunión, le hicieron unas pruebas y le detectaron algo raro, y él tan solo se hizo las pruebas porque se le ocurrió salir con un amigo a montar bici y se cayó, y solo salieron a montar bici porque se acababan de enganchar al tour de Francia, que nunca lo habían parado bola, y que me he enterado que este año sale de Bilbao, y él, que nunca salía en bici, ese día salió y terminó con un esguince y unas pruebas rutinarias y necesitando un sustituto y esto terminó con tus pies en esta ciudad al otro lado del mundo. Y tú, que no soportas las comidas de trabajo, te has ido a pasear solo por esta ciudad nueva, y has movido tus pies sin conocer hacia dónde, y cuando tu estómago ha requerido atención, antes de lo habitual porque no desayunaste mucho debido a la fila interminable que había en el buffet del hotel, te has metido a un bar, al primero que has visto, y has ido al baño, y despistado por el cansancio y el calor te has metido al que no era y, voilà, te has enamorado.
Entonces, te queda decidir: metafísica (destino) o ciencia (probabilidad). La ciencia dice que la probabilidad de encadenar todos estos acontecimientos existía (“el milagro es que no te suceda un milagro”). La metafísica dice que esos cuerpos se atrajeron. La literatura quién sabe qué diría.
Cómo explicar la historia de un gran amor, de que hay pocas personas hechas para uno en la vida, y resulta que en tantas ocasiones iba a tu escuela, era tu vecina, vivía en tu misma y pinche ciudad de tantos mil habitantes. ¿Cómo es posible que de millones de kilómetros cuadrados hayáis nacido en la misma esquina del mundo? Media naranja, medio mango, medio melón, medio plátano. Cinco piezas de fruta al día.
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El cuento más corto, críptico y famoso del mundo: “y cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí” es del escritor Augusto Monterroso, nacido en Honduras, nacionalizado guatemalteco y exiliado en México. Habla, descubro en estos días, del PRI. El Partido Revolucionario Institucional que gobernó México durante más de setenta años.
El libro de los libros, El infinito en un junco, iba a tener otro nombre: Una misteriosa lealtad. Frase con la que Borges cerraba su tesis sobre cómo se leen los clásicos: “con una misteriosa lealtad”.
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150 días en México. Quien quiera apoyar este largo caminar, Bizum: 628227804 (PayPal, transferencia, bienes raíces, contactar con juanjo.hba@gmail.com)
A cambio, un audiocuento leído por mí. Van tres:
Los arroyos, cuando bajan, ya no tienen regreso, más que bajo tierra, de los cuentos de El Viejo Antonio escritos por el Subcomandante Marcos
Mirarse para adentro, de los cuentos de El Viejo Antonio escritos por el Subcomandante Marcos
3. Camino a la soledad, de la antología “Cuentos para leer desnudo”. Este lo escribe Guillermo Bazavilvazo.
Amigo, acabas de darme el nombre de una película que creo no he visto. Gracias.