03/05/23
Ando tentado de cometer un sincericidio, de contar las veces que no sé qué hago, dónde voy, qué me espera. Entonces, salgo a pasear: “si te sientes mal, sal a pasear. Si te sigues sintiendo mal, sigue paseando”.
Y la ciudad se abre, una narración a medida. La ciudad y la literatura. En la calle donde venden tacos, se cruzan los chilangos como versos de poemas sinceros. Se cruzan, se mezclan, forman las líneas que forman una ciudad de papel. Cada uno con su tipografía: el traje de oficinista, los leggins de gimnasio. Cada uno con su letra: la barba de unos días, las trenzas colgadas sobre la espalda. La esquina es un punto y coma. El tráfico son oraciones demasiado largas. Los semáforos, un punto y seguido obligatorio. Las primeras estrellas en el cielo son dos puntos que abren una enumeración de muchas más estrellas. La vendedora de elotes es una exclamación. El paso de peatones, un paréntesis. La chica que lo cruza tiene el estilo de las comas bien puestas. Me gustaría conocer sus acentos. Un oxímoron es estar solo en una ciudad abarrotada. Y una elipsis que ya he vuelto a casa.
La vida, una pregunta. Los puntos suspensivos, innegociables. No hay dedicatoria. No hay firma. El subrayado se ha borrado. Algunas esquinas de las hojas siguen dobladas. Espero no llevar la mitad del libro.
04/05/23
Necesito dos cafés, ejercicio y una ducha para alejar el desasosiego. No sé qué nube se ha instalado en mi vecindad. En un mes me embarco hacia la vieja Europa. Será que no sé despedirme de este continente.
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En la presentación de un libro, me tocan el hombro. Me giro y es Jon Lee Anderson, un cronista sexagenario y extraordinario. Solo quería pasar. Le dejo pasar.
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En una librería de viejo veo a un joven con melena preguntar si puede pagar con tarjeta. Me suena, es cantante. Google dice que se llama Andrés Suarez.
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Comida en un restaurante delicioso con ídem compañía. El jefe se sienta con nosotros y desbroza anécdotas. Es amigo de Gael García Bernal. Me enseña un audio acreditatorio.
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Salimos un grupo de cocineros y periodistas. Comemos y conversamos. Bebemos y hacemos justicia a nuestros oficios. También hacemos justicia a eso de “todo con moderación, incluso la moderación”. Vamos a la lucha libre mexicana. A buscar mariachis a Garibaldi. A comer tacos grasientos de madrugada. El taquero es borgiano: se acuerda de las comandas como Funes se acordaba de todos los ángulos en los que había visto un perro esa mañana.
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“¿También van los españoles?”, preguntó un indígena cuando le dijeron si quería arrepentirse para optar al cielo.
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"Está tan concurrido como siempre", dice Google de una estación de metro. Hasta Google pierde la esperanza de encontrar calma en la CDMX.
05/05/23
En dos días cumplo más años de los que nunca pensé que fuera posible. Cuando no tenía otros problemas, cumplir años era uno.
En tres días vuelo a Canadá, de allí un barco me lleva a territorio indómito, a Alaska, hacia lo salvaje. Escribir reportajes no es una mina de oro, pero es una mina de viajes. Algo así como: de esto no se vive, pero se vive.
(Como siempre, aquí pueden aportar para que esta newsletter siga recorriendo horizontes abismales. Llegará un día en que estos desórdenes sean crónicas y reportajes dignos de sus ojos y cognición. Para regalarme tiempo y descanso: Bizum: 628227804. A cambio, audiocuentos varios).
Me gustó tanto que lo leí dos veces. Y me guardo otra para luego. ¡A Alaska! Entiendo tu desasosiego viajero, pero para tus lectores es una buena noticia saber que nuestro "globo sonda" favorito nos enviará también información de aquellos recónditos lares. Abrazos.