02/07/2023
A las dos y media de la mañana, apenas una hora después de haber aparcado, cenado y cerrado los ojos, Daniel, el Genaro Gatusso de las furgonetas, golpeaba la ventana y gritaba “¡Eh, eh!”. Dos buscadores de nuevas propiedades pululaban con linternas nuestro dormitorio ambulante en una estación de servicio de algún lugar del sur de Francia. Los gritos y golpes provocaron la huida de los proto asaltantes, que escaparon en un coche en marcha atendido por un tercero.
Alrededor oscuridad, soledad caótica. El sueño, centinela y vigilante, no llegaba. Las ramas sonaban a ladrón, el viento a forajido.
“Que exista la luz”, dijo Dios el primer día. Y despertamos de las tinieblas.
03/07/2023
La autopista que recorre y une el sureste francés y el noroeste italiano, que cruza Niza, San Remo, Mónaco y demás veleidades citadinas, es un agujero en la cartera, además de un sinfín de puentes, túneles, horas y camiones.
“Que haya una bóveda entre las aguas para separar unas aguas de otras”, dijo Dios el segundo día. Y allí, entre montañas, se asomó el mar Mediterráneo. Aquel que los romanos llamaron suyo.
Pasamos por Génova, que se pierde en su vejez y su propio caos.
04/07/2023
“Produzca la tierra vegetación: plantas con semillas y árboles frutales que den en la tierra frutos con semillas de su especie”, dijo Dios el día tercero. Y así amanecimos en nuestra tercera mañana del giro a Italia, en una granja entre Liguria y Piamonte, donde los árboles frutales y las semillas obedecen el mandato. Higos, membrillo, moras, frambuesas, acelgas, espinacas, ciruelas, calabacines, lechugas, tomates. De la tierra a la mesa.
“Paso una tarde, pasó una mañana: el día tercero”.
05/07/2023
Según el libro del Génesis, hoy, el día cuarto, creó Dios el sol, la luna y las estrellas. Mañana crearía “los seres vivientes que se deslizan y pululan las aguas; y también las aves por especies”. El siguiente, el día sexto, crearía al varón y a la hembra y les impelería: “creced y multiplicaos”. Y el séptimo día, por fin, decidió Dios que lo que había hecho era bueno y se entregó al descanso.
En una playa en las inmediaciones de Portofino, la costa pedregosa de Liguria donde la dolce aristocracia se embelesa con langosta y gin and tonic, descansamos adelantando el séptimo día.
06/07/2023
Desde que salimos de España, hemos comido seis pastas. Así va el marcador: Pasta 6- Pizza 0.
Un italiano, digo, puede vivir de pasta, de vino y de seducirte con su tonada.
Golosa esa furgoneta, tan bien pertrechada como tus escritos. Y hablando de sagradas escrituras, ¿qué me dices del refrán?: "cree en Dios pero cierra el coche".