18/07/2023
Hace poco más de dos meses mis manos enrollaban tortillas en Ciudad de México. A los días, mis ojos enceguecieron con los glaciares de Alaska. Volví a México a despedirme, adioses y mezcal. Salté a Miami, la capital -y el capital- de América Latina. Diez días en Cuba, suficientes para entender que no entiendo. Madrid y Palencia y Madrid, semana y semana y semana. Suances 48 horas. Y ahora, hoy, cruzo en un barco el Mediterráneo después de diecisiete días caminando Italia.
Ya no sé si el tráfico era en Alaska, si la nieve caía en La Habana, si bebían limoncello en Ciudad de México o si las palmeras son autóctonas del sur de Madrid. Si no escribiera estos diarios, miraría a los ojos al olvido.
“No olvidan que una vez los olvidaste”, dijo el otro día un escritor mientas cenábamos en un prado de Cantabria. “¿Cuánto tiempo puede estar alguien enfadado”, “¿Se puede ser amigo de alguien que piense, en términos políticos, muy diferente a ti?”. Estas preguntas buscaban respuesta entre vinos y vueltas.
Tengo tan pocas opiniones, pienso, que podría ser amigo de cualquiera.
19/07/2023
Igual que no hay que conquistar Rusia en invierno, no se puede conquistar Italia en verano. La ola de calor, bautizada con el nombre del barquero del infierno, “Caronte”, puso nuestra furgoneta, nuestra casa, mesilla, lavabo y tenedores ambulantes pies en polvorosa hacia el norte de España, el que, a este ritmo, será refugio climático.
No es el clima el único extremo del que estar prevenido en estos días.
20/07/2023
El proyecto de leer la biblia cayó por su propio peso. No pasé del Génesis. Sin embargo, solo por esta idea, mereció la pena: Caín y Abel, hermanos de primera generación, habitantes de un vergel, se matan. Y nosotros preocupados por la polarización.
21/07/2023
Recuerdo los cuentos del Subcomandante Marcos. Recuerdo a las comunidades indígenas, zapatistas, y me recuerdo entendiendo que hay muchos mundos en este mundo. Muchas formas de mirar, de mirarnos, de mirarse, muchas formas de caminar.
Cuentan que en las asambleas zapatistas se discute diferente: uno de los mayores expone el tema que los convoca. Después no viene una concatenación de oradores intentando convencer. Una vez el tema está expuesto, la sala, la plaza, la selva, se convierte en un hervidero de conversaciones. A habla con B. C habla con D. E habla con F. G habla con H y en sucesión. Una vez todas las parejas han intercambiado sus puntos de vista, se formarán nuevos dúos. A, que ahora estará conversando con C, debe traer a esta nueva charla los puntos de vista que haya escuchado de B, además de los suyos propios, así como C traerá sus puntos de vista y los puntos de vista que escuchó de D, su anterior pareja. De esta forma, todos son escuchados, todas hablan y participan, todos forman parte de la decisión venidera.
Estas asambleas acaban por consenso, no por votación mayoritaria. Las reuniones pueden extenderse.
También cuentan que quien va a una asamblea zapatista y se propone a sí mismo como líder es tomado por loco. Allí es la comunidad la que sabiendo cómo es cada quien, cómo se comporta, cómo trabaja, vive y sueña, propone a la persona que quieren que lidere al grupo. Al elegido, al propuesto, solo le queda, según dicen, argumentar en su contra, explicar por qué él mismo no es el mejor candidato para esa posición.
22/07/2023
“La resistencia no es solo no dejarse vencer, es también no dejarse convencer”. Sup.
Hola Juanjo, muy bueno tu diario electoral.
Un abrazo y feliz verano.
"las reuniones pueden extenderse" qué considerado !
las asambleas zapatistas acaban con los dos últimos supervivientes de semejantes charlas, bocas secas casi impronunciables, babas tórridas y algunas llagas, debatiendo fuego por la boca, exhaustos, a K.O. por turra. El superviviente decide. (Imagina esa dos personas disputando el K.O. por turra, imagina sus bocas). Solo quería poner un poco de humor a tu texto que, como ya viene siendo habitual, no deja de tirarnos datos muy relevantes sobre el mundo y la historia. Más habitual aún reflexiones, cambios de pensamiento, auto sugestión y alquimia cognitiva. Gracias por tus frases que semana tras semana invitan a caminar senderos distintos.