11/12/2022
Desde que aterricé en México se han puesto en huelga varias teclas. Cada vez que pulso la pe, una de las letras ausentes, me doy cuenta de que es una de las más usadas en castellano (por eso en La ruleta de la suerte, el programa de las mañanas para jubilados y absentistas escolares, es una de las letras que los concursantes (¿qué les pasa a los concursantes de la ruleta de la suerte?) más eligen. No hay frase que no necesite su uta resencia. La barra del Word no avanza, parpadea impasible. Como si escribiese con tinta china un mensaje oculto, tecleo y tecleo, pero nada a la vista. A la pe se suma la eñe, que no tiene muchos usos; el cero, que lo suplo con oes mayúsculas; y la tecla de la tilde, que mal que bien el corrector corrige.
Me faltan cuatro teclas, y pierdo velocidad e ideas por el camino. La puta pe, la puta eñe, la puta tilde, el puto cero. Todas estas pes, tildes y eñes son el resultado de copiar y pegar otras pes, tildes y eñes.
Una teoría del lenguaje, de no sé quién, como casi todo lo que digo, dice que: a menos palabras una lengua, más proclives a la violencia sus hablantes. Por eso de que dejamos de darnos palos cuando empezamos a hablar, de que la alternativa a la violencia es la negociación, la conversación. Dicen que esta lengua es el árabe. Y me gustaría saber qué opina un profesor de la complutense que doctoró en religión y política marroquí.
Si fallan más teclas, por muchas palabras que tenga el castellano, voy a lanzar el ordenador al mar.
12/12/2022
Si estoy de buen ánimo, con buena energía, al despertarme me acerco al mar, que está a cuarenta metros. Hago cuatro ejercicios y braceo medio minuto. Si estoy de buen ánimo hago cosas que me sientan bien y mejoran, de nuevo, mi ánimo. Es una sucesión de mejoramiento natural. Al revés también pasa: duermo mal ergo como mal ergo fumo más ergo estoy más inquieto ergo trabajo menos ergo me agobio ergo duermo mal.
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"Donde se lanza el pelícano", dice Ramiro apuntando con toda su mano hacia allá; extiende la mano como el que invita a sentarse a una mesa, más que apuntar, me muestra. Me muestra su mar. Donde se lanza el pelicano es donde nadan las sardinas. Ricardo quiere pescar sardinas para pescar mojarras. También le gustan las sucesiones. Si por la mañana el mar esta calmo, si no hay norte, viento norte, pesca sardinas y con ellas, mojarras.
15/12/2022
El estado de Yucatán fue un país, fue independiente, y todavía hay identidades poco mexicanas: “un país dentro de un país”, lo llaman. En la biblioteca del centro Mérida hay una sala principal enorme y una sala, al margen, más pequeñita, solo con libros sobre Yucatán: una biblioteca dentro de una biblioteca.
Amontono libros de abejas, apicultura y técnicas mayas de cría de abeja sin aguijón. Quiero escribir un reportaje sobre la abeja sagrada maya, también llamada melipona o abeja maya (como la que veíamos de chiquitos). Leyendo sobre esos dibujos, hablan de vínculos del escritor y el nazismo. No imaginé criarme viendo dibujos pensados por un militante del horror. Los pitufos son otros que tal bailan: Gargamel es la Santa Inquisición persiguiendo los pecados capitales que representan esos pitufos azules. La única pitufa, la prostituta. Papa pitufo vestido de rojo, el diablo. Todos viven en anarquía bajo una seta mágica -y potencialmente alucinógena. Y yo, sonriente, después de comer, con 8 años, cantando con los pitufos.
Leo sobre Ah-Mucen Kaab, deidad apícola con forma humana. Su nombre significa "el que guarda la miel". Algunas fuentes históricas hablan de que su forma era de abeja gigante (dicen grande, pero yo imagino gigante). Leo sobre el A kab-kilkab, sudor de noche o sudor frío: enfermedad que ataca a los más pequeños y se cura con baños de miel melipona. Leo sobre cosas que nunca pensé leer, bendito periodismo.
Y hablando del rey de Roma, la bibliotecaria me interrumpe para darme un libro: "Aquí dice crónica periodística, ¿te sirve?".
Mientras husmeaba las estanterías de libros viejos, de biografías de Pancho Villa, de poemas de Pacheco, de novelas de Ibargüengoitia, se me acercó la bibliotecaria a ofrecer ayuda. Yo no buscaba nada en concreto, pero vista la disposición: "¿Tienen una sección de periodismo o crónica?". "No, pero tenemos muchas novelas".
Se debió dar cuenta de lo estéril de su respuesta anterior y se puso a buscar.
Interrumpe mi investigación melipona el libro que me ha acercado la bibliotecaria, la compilación de crónicas "La vida alcanza", de Eliseo Alberto, periodista y escritor (¿No sería obvio que, si es periodista, escribe?)
El libro del cronista cubano me aparta de la abeja melipona, su zumbido es más fuerte.
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“El final es una mierda”, le digo a Marina antes de publicar esta historieta. “El pesimismo es una mierda” dice ella que dice Juan José Millás.
El poder de poder poner, en pocas palabras, años y años de hazañas y sueños.
La verdad que sin pes y eñes es complejo. Vamoarriba compañero!
Me gustaría mucho conocer lo que dice al respecto ese profesor de la complutense. Abrazos