13/01/2023
Hace una semana hablaba de un corazón en barbecho, de un corazón yermo esperando la primavera. Qué cantidad de gilipolleces. El corazón es un músculo. La luna, una piedra. El amor, una ficción.
14/01/2023
He estado más tiempo en el Valladolid yucateco que en el español. Estoy atrapado en la península de Yucatán. A estas alturas, según mi programa inicial, debería caminar las selvas chiapanecas. Veme aquí, aún en la península. De península a península.
15/01/2023
Había una manta tan cómoda, tan suave la manta, tan risueña la manta que olvidé, por un rato, que las mantas siempre dejan los pies fríos. Que las mantas solo sirven para taparse la cara, para esconderse de la apabullante realidad.
Somos todos hijos de un naufragio. Incomprensibles, misteriosos, como todo lo que devuelve el mar.
16/01/2023
Ernesto trabaja de 5am a 7pm, de lunes a lunes. “Quiero trabajar todos los días para hacerme rico. Solo me falta la mitad del objetivo”, y se ríe. Lleva 44 años haciendo la ruta Valladolid ‑ Chichén Itzá. Suben gringos con ropas expeditivas, como si Chichén Itzá fuera todavía una tierra sin marcar en el mapa. Confundir un viaje con una celebración de Halloween es la actitud más ridícula que el turista puede adoptar. La buseta se llena de expedicionarios y la torre de babel se erige: alemán, francés, inglés. Me atrinchero en el asiento delantero. No quiero más interlocutor que Ernesto.
Dice que le gusta su trabajo, que le gusta conocer gente de fuera, que le gusta manejar. Cuando salía de su casa sus hijos estaban dormidos. Cuando volvía, ídem. “Una vez se despertó uno de mis hijos a las diez de la noche, hora en la que yo ya estaba en casa, y le dijo a mi esposa: mamá hay un señor aquí”, y Ernesto gira tranquilo el volante al compás de la rotonda. Me recuerda a la historia de esa mujer acaudalada, los padres ausentes están en los laterales socioeconómicos, que lleva a su hijo al médico. “Doctor, mi hijo acaba de empezar a hablar y no le entiendo”, dice la mujer con preocupación. “Señora, su hijo habla polaco”, contesta el doctor. La chica que cuidaba a su hijo era polaca y, sí, la vaca no es de donde nace, es de donde pace.
Chichén Itzá es, en efecto, maravillosa. Supongo que es uno de los requisitos para formar parte de las siete maravillas del mundo moderno. De Chichén Itzá ya he dicho casi todo lo que tenía que decir, he escrito un reportaje para la revista de una aerolínea y las palabras se acaban. Solo resaltar lo que no puedo decir en la revista: ¿por qué nos vestimos así cada vez que salimos de nuestro país? ¿Por qué creerse Phileas Fogg por visitar unas ruinas con césped cortado y puestos de artesanías? ¿Por qué el vestido de gala y la pamela? ¿Por qué parece que has llegado de Plutón si naciste en Hamburgo? ¿Por qué podrías estar en el Staples Center y pasar desapercibido?
En Chichén Itzá hay un cenote. En los cenotes se hacían los sacrificios para agradecer al Dios de la Lluvia, a Chaak, que regase sus plantíos. En Chichén Itzá hace mucho calor, entiendo que necesitasen un Dios de la lluvia. También, a medida que mi frente suda y los gringos proliferan (a partir de cierta hora visitar Chichén se parece a visitar la torre Eiffel), empiezo a entender los sacrificios, a mirarlos con mejores ojos: empujaría alegremente al cenote sagrado al francés de calcetines blancos y riñonera a cambio de una lluvia fina que lavase este calor.
18/01/2023
En uno de los muchos podcasts que taladran mi cabeza, hablaban de la teoría del tres por ciento, o algo así. Para triunfar, para tener éxito, decían (para sobrevivir haciendo lo que te gusta, diría yo), tienes que estar en el tres por ciento que mejor hace algo. Digamos que te gusta dibujar, debes estar en el top tres por ciento; digamos que te gusta el humor, la comedia, debes estar en el top tres por ciento; digamos que quieres emprender, que te gustan los negocios, debes estar en el top tres por ciento. Lo interesante, fuera de creer o no estos porcentajes, es lo que continúa. Si sumas, decían, tus tres gustos, en este caso: dibujo, comedia y negocios “solo” necesitarás estar en el 15 por ciento que mejor lo hace. En este caso, podrías dibujar un comic sobre negocios con tono humorístico. Además de no tener que alcanzar esas cotas de excelencia, habrá menos gente intentándolo.
Hago una lista de cosas que no se me dan mal, mi “pluriespecialización”: viajar, escribir, hablar con extraños, estar solo, la ironía. Voy a estrujarme el seso para sacar un trabajo de ahí.
Y tienes comedia también.
Me dejas sin palabras ♥️