Me haces feliz: último motivo para apoyarme
Solo esta semana: una campaña para sostener mi newsletter
Objetivo: 50 suscriptores de pago. Hasta hoy: 28
Solo quedan tres días de campaña y necesitamos 22 suscriptores más. ¿Me ayudas a llegar?
Aquí: quiero suscribirme
¿Por qué suscribirse? Porque me haces feliz, simple y llanamente. No creo que puedas negarte a abrir tu cartera ahora.
Hacer feliz a alguien por 6,5 euros al mes parece uno de los mejores negocios que uno puede hacer. Y ciertamente me harás feliz, pero tampoco te fustigues, porque cuando vengan mal dadas no hay dinero que consuele, tampoco cuando vienen bien dadas. Entonces, se concluye: si estás bien o si estás mal, estarás bien o mal independientemente del dinero. Puta madre. Qué trampa esto del dinero.
Esta frase que dijo Darío Adanti en los albores de la revista Mongolia: “Nosotros aspiramos a ser ricos, es decir, mileuristas”. Y a eso aspiro yo. No despertaré ninguna envidia si consigo vivir de esto, solo gastaré en cafés, revistas, libros y algún viaje en tren no muy lejano.
Es posible que creas que cualquiera pueda hacerlo, esto, escribir, contar su vida, la de otros. Y es posible que sí, que todos podamos teclear. Te animo a hacerlo, y no con la soberbia de que veas que hace falta cierta preparación y solvencia, sino para registrarme, leerte y si eres constante y se convierte en tu proyecto apoyarte económicamente. Porque apoyar proyectos independientes cambia el panorama cultural. Cada contribución crea un ecosistema donde nuevas ideas y voces pueden hacer un camino sin depender de los que tienen los medios, el dinero, los que tienen todo.
Entonces: me vas a hacer re feliz si consigo vivir de mi proyecto de newsletter, de mis diez/doce publicaciones mensuales. De la futura revista, del podcast. Piénsalo. Tendré que trabajar, y escribir cosas lindas y leer mucho y buscar colaboraciones y etc, etc, pero no tendré un jefe, ni tendré que mandar facturas, ni que suplicar reportajes. Será como si, entre todos los que me apoyéis, me hayáis liberado de la matrix (que se parece mucho a la vida del periodista freelance). Quizá este argumento desaliente, por envidia, o quién sabe. Pero prometo que haría lo mismo de vuelta. Y, de hecho, lo voy a hacer: estoy suscrito a un periódico, a una revista digital, y a una newsletter. Voy a suscribirme, en el próximo mes, a tres newsletters más. A modo Cadena de favores, de Will Smith, creo que muchos/as podríamos tener trabajos más ¿útiles? para la comunidad, para uno, y alivianar el peso frenético del mundo.
Suscríbete como te suscribes al gimnasio, con ganas de hacerlo bien, y luego no vuelvas a leerme, es una opción validísima. Con grandes plataformas no tenemos tanta precaución a la hora de derrochar unos euros. Derrochadlos en mí, que no se forre el mendrugo de Basic Fit, empecemos a darnos el dinero entre nosotros.
Y aquí acaba mi campaña de recaudación. A partir de mañana vuelven los envíos habituales: sábados literarios y domingos de entrevista a escritores/as.
Gracias por aguantar, por apoyarme, por escribirme, y por todo lo que hacéis.
Con cariño,
Juanjo