Lectura o barbarie: tres motivos para apoyar este proyecto
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¿Por qué suscribirse? Porque crees que la lectura cumple un rol en la sociedad y porque quieres formar parte del nacimiento de una revista.
“La literatura no se lee”, me dijo hace poco el editor de una revista. Y quién sabe qué leerá él: la escultura, la pintura, la danza, el cine. Yo sospecho que la literatura se lee, y que lo que no se lee es lo contrario: la morralla que desborda Internet. Aquí hay 1.400 personas (y 120 nuevas se suscriben cada mes) que tienen interés por las historias bien—más o menos bien—contadas, por las esquinitas de la vida, por la selva del lenguaje.
Si a mí me dieran la oportunidad de poner un euro, o dos, o tres cada vez que leo algo que me gusta en Internet, lo haría, y lo hago. Cada vez es menos frecuente encontrar algo que valga la pena (por la montonera de mierda que colapsa todo), pero cuando sucede, siento que merece apoyo.
Muchos medios pagan miserias a sus colaboradores porque no los lee nadie, ¡nadie! Ni yo mismo me meto a leer las cosas que me han pedido una vez publicadas, ¡ni mi madre! Hay muchos medios que no los leen ni las madres de los que los escriben. ¿Se dan cuenta de la gravedad? El aplauso de una madre es innegociable, infundado y poco fiable, claro, pero innegociable. Bueno, pues ni eso consiguen algunas revistas. No me explico por qué siguen publicándose, por qué se mantienen si nadie las lee. ¿No es el propósito de una revista ser leída?
¿Cómo sobreviven? PUBLICIDAD. El periodismo tiene metástasis publicitaria. Los anunciantes pagan, las revistas llenan sus páginas de colonias y relojes, los quioscos exponen en sus vitrinas esas publicaciones que no dicen nada, y los potenciales lectores—que casi no son lectores, porque el tedio al que son sometidos por redactores (que de un atardecer solo saben decir que es hermoso) los entrega en manos del escroleo infinito—ni piensan en acercarse a comprar esa infamia escrita sin amor al oficio, ni a las palabras, ni al mundo que les rodea.
Una revista debe ser sostenida por quienes la leen. Si no tiene lectores, no tiene propósito, y sin propósito todo es un desastre.
Por eso quiero demostrar que las cosas escritas con algo de tino y callo sí se leen. Aquí hay 1.400 personas que ya lo hacen, y de aquí quiero que nazca una revista literaria en papel, sostenida por su comunidad. Porque los medios tradicionales mueren (y en sus estertores arrastran todo: ¿cómo puede ofrecer El País una suscripción de 12 euros al año, ¡cómo! ¿Cómo pagan con 12 euros a sus periodistas? ¿No es la misma estrategia de los supermercados que ponen la leche a un precio menor incluso que el coste de producción para atraer al consumidor?), pero podemos inventarnos otros.
Porque la literatura y la cultura no son solo entretenimiento, sino una forma de entender el mundo, de hacernos preguntas (decía un neurótico: “¿quién tiene preguntas, quién tiene preguntas? ¡que yo tengo respuestas!”) y de imaginar futuros posibles, probables.
Si crees que leer puede transformarnos, o que quedarse quieto leyendo 15 minutos evita muchos problemas (al menos durante esos 15 minutos), este espacio es para ti.
Penúltimo día de la campaña. Ya van a parar los mails diarios. Porque ya no tengo más ideas.
Gracias por aguantar.
Con cariño,
Juanjo
🫶🏻
Ánimo ,lo conseguirás !