Porque en él vive una herida que no pide respuestas, sino un lector que la sienta sin juzgar. Y aquí estoy.
Qué valiente eso de nombrar el amor cuando duele. Qué humano es confesar que la lluvia llegó… y ella se fue.
Y sin embargo —aunque no lo sepa, aunque no lo escriba— Garda vive en estas palabras. Porque el amor que no se nombra muere. Pero el que se escribe, aunque duela, respira.
Gracias por permitirnos leer tu verdad, aunque huela a menta y pérdida.
Las casualidades no existen.
El amor no es atar, ni es para siempre.
Pero el tiempo que te quedaste, viviste ser amado.
Qué poquito dura:)
Razón suficiente. Para seguir aprendiendo a disfrutar y a soltar más!! 🙂↔️
Hay textos que no se comentan, se acompañan.
Este tuyo es uno de ellos.
Porque en él vive una herida que no pide respuestas, sino un lector que la sienta sin juzgar. Y aquí estoy.
Qué valiente eso de nombrar el amor cuando duele. Qué humano es confesar que la lluvia llegó… y ella se fue.
Y sin embargo —aunque no lo sepa, aunque no lo escriba— Garda vive en estas palabras. Porque el amor que no se nombra muere. Pero el que se escribe, aunque duela, respira.
Gracias por permitirnos leer tu verdad, aunque huela a menta y pérdida.